JUNTOS
Sinopsis: Sentía que podían pasarse toda una vida así. Ya fuese en silencio, entre risas, queriendo protegerse de manera mutua… el poder estar juntos era lo que realmente importaba, sin importar del qué dirán o sus consecuencias. [Para la Starker Week en Tumblr, 2018]
DISCLAIMER:Spider-Man: Homecoming, Iron Man y The Avengers no son de mi propiedad. Los derechos van derechito para Stan Lee.
Nota: Éste es el único cap que tiene justa relación con el universo que vimos del capítulo anterior, pero de igual manera aclaro que de no leerlo, pues tampoco es que vaya a afectar mucho durante esta lectura.
Cap 4: Primera noche
Mientras se enjabonaba su piel con cierta prisa a medida que se duchaba, Peter comenzó a visualizarse frente a su jefe, aceptando de seguro el ultimátum que recibiría apenas llegara al trabajo. En lo que lleva como empleado, muy rara vez había faltado, pero de igual manera no era conveniente que le descontaran el día de hoy, sólo por haber sido tan torpe de olvidarse de programar la alarma de su teléfono.
Se vistió lo más rápido que pudo, pasó unos buenos minutos buscando su uniforme de trabajo para recordar que lo había dejado en su gabinete de Starbucks y respondió uno de los mensajes de su novio Tony Stark, mientras esperaba su autobús.
"Me muero por pasar la noche contigo hoy", decía uno de sus comprometedores textos. Peter se mordió el labio, emocionado, y comenzó a responder. Se había sentido muy avergonzado al principio de la relación ya que era la primera vez que tenía novio, y no cualquier novio: un novio mayor.
"¡Peter! ¡No sólo conoces al increíble Tony Stark, sino que encima tienes algo con él!", había exclamado Ned por teléfono cuando Peter le puso al tanto de su vida durante las últimas tres semanas.
Se carcajeó en respuesta, porque la verdad era que todavía estaba un tanto conmocionado ante este hecho. Aún recordaba aquellas primeras veces en las que Tony, vestido de la más comunes de sus vestimentas, esperaba fielmente mientras leía algún libro a que terminara su turno, con la ligera esperanza de poder invitarle alguna bebida, o tal vez la cena o en dado de caso, de tener la oportunidad de hablar unos pocos minutos con él, conocerlo mejor.
Al principio, Peter tuvo sus dudas, pero el Sr. Stark le llenaba de detalles que no podía ignorar así como si nada. Al menos podía dedicarle algunos minutos de su tiempo, en agradecimiento. O regalarle alguna galleta que acompañara su café al siguiente día. Detalles pequeños, que no dejaban de apreciarse en ningún momento.
Cuando finalmente llegó al trabajo, pudo respirar tranquilo al no ver rastro de su jefe. Peter trató de actuar con normalidad ante las miradas curiosas de los clientes una vez ingresó al lugar. Sin mucha ceremonia, cerró la puerta y comenzó a caminar hasta el mostrador. A Stacy le tocaba estar en la caja hoy y cuando terminó de cobrarle a un cliente mientras le pedía su tarjeta, un "por fin llegas" se articuló en sus labios sin ningún sonido. Peter levantó sus manos e hizo un gesto resignado, apenas ambos estén libres, le explicaría la situación y de paso agradecerle por haberle cubierto hoy. Sus demás compañeros de trabajo eran amables, desde luego, pero eran muy contadas las personas que harían esta clase de favor.
Sin perder mucho tiempo, Peter consiguió su uniforme junto con su gorro, y procedió a cambiarse. Salió con una sonrisa amigable en el rostro y se colocó junto al mostrador de tortas y postres, que en segundos se vio abordado por una familia que venía acompañada de sus dos hijos pequeños. Peter hizo una pequeña demostración de malabarismo con las tazas que dejó impresionada a la pequeña niña rubia de seis años, sacando risas de su hermano menor y sus dos progenitores.
El pequeño espectáculo que había hecho fue recompensado con una generosa propina. Peter no se lo esperaba, no era de esa clase de chicos que hacían las cosas y esperaba algo a cambio, pero no podía evitar sentirse mejor al saber que su esfuerzo era en cierta manera, recompensado.
Cuando el reloj marcó las siete de la noche, Peter ya se estaba despidiendo de sus compañeros de trabajo hasta el domingo, ya que mañana sería su día libre y pensaba hacer un buen uso de su tiempo.
A los minutos, Tony le llamó, queriéndole recoger del trabajo. Él quería darse una ducha primero antes de estar con él, así que al principio no estuvo muy convencido de eso.
— ¿Sabes? Te escucho ocupado. ¿Qué te parece si te espero mejor en mi apartamento? —Sugirió Peter, al escuchar como la Srta. Pepper Potts, su secretaria, le pedía que se enfocara más en los papeles que estaba firmando.
—No quiero que pienses que de alguna manera me molesta recogerte, Peet. Puedo estar allí en pocos minutos, créeme.
—Oh, te creo, —le respondió sin duda, recordando cómo a Tony le gustaba volar en la autopista, con sus vehículos ostentosos. —Pero en serio, Tony, me sentiría más cómodo si terminaras primero tus pendientes. Puedo… puedo cocinar algo para ti, si gustas.
Hubo un breve momento de silencio.
— ¿Y qué tal si me dejas bien caliente el postre para cuando llegue?
Las mejillas de Peter se colorearon con fuerza al imaginarse el rumbo de la conversación. No sabía a ciencia exacta el cómo era que terminaba hablando con Tony sobre cierto tema. Pero bueno, ahí estaba, recordando cuán apasionado era su señor bajo las sábanas.
Hablaron por unos minutos más, hasta que llegó su autobús y Peter tuvo su merecido tiempo de tranquilidad al ponerse sus audífonos y escuchar algo de música en el trayecto de camino.
Cuando el transporte le dejó a unas pocas calles de su casa, una lluvia fuerte comenzó a manifestarse. Peter soltó una exclamación y corrió lo que más pudo a su hogar, divisó a algunos de sus vecinos correr con la misma suerte de él y ya la planta baja del edificio se mostraba mojada, con pisadas sucias que se divisaban por todo el lugar hasta perderse por la vía del ascensor. Peter no quiso esperar por él, y en cambio, subió algunas escaleras hasta llegar a su puerta.
Cuando estuvo adentro, lanzó las llaves a la mesa, haciendo un sonido sordo y procedió a desnudarse, encendiendo el calentador del agua y metiéndose casi enseguida a la ducha para evitar enfermarse.
Se sintió mucho mejor cuando terminó de bañarse, más relajado. Con relativa calma, dejó que su iPod colocara música en aleatorio mientras preparaba una cena agradable, que dejaría satisfecho tanto a su novio como a él.
Cada vez que se dedicaba a cocinar, el tiempo parecía detenerse para él. Colocó la pasta larga en la olla que apenas comenzó a hervir, y con su otra mano siguió revolviendo la salsa especial que estaba preparando.
Cuando el timbre sonó, el cucharón de Peter por poco se le resbala al suelo. Checó la hora que anunciaba el reloj de la pared: Tony logró desocuparse en una hora después de su conversación telefónica.
Peter se sacudió las manos en sus bolsillos. Se había puesto una camisa blanca y unos pantalones negros holgados, ideales para estar en la casa. Cuando abrió la puerta, vio como el cabello y la ropa de Tony estaba húmeda.
Éste le sonrió, mientras alzaba un ramo de rosas para él con una sonrisa torcida en su rostro. Una pequeña maleta estaba colocada a un lado de su puerta. A Peter le enterneció el gesto, aceptando su regalo y haciéndose a un lado para que pudiera pasar.
—No debiste… —Comenzó a decir él, sin poder evitar agachar un poco su rostro para poder oler las flores mejor. Definitivamente el olor de las rosas y flores en general le agradaba.
Le tranquilizaba, incluso.
Tony pareció ofenderse un poco, sin dejar de perder la sonrisa consigo.
—Me quedaré a dormir aquí, finalmente contigo. Quise darte algún detalle, no le veo nada de malo. —Hizo una pausa para cerrar la puerta y escudriñar un poco el lugar. —Huele delicioso, ¿es la cena?
El joven buscó un sitio especial para colocar su regalo.
—Así es, estará lista pronto. Tony, te mojaste mucho por la lluvia, ¿por qué mejor no te bañas mientras que yo…? —Su frase se vio cortada al sentir como un par de fuertes brazos le apresaban por detrás.
— ¿Por qué no me muestra el lugar, joven Parker? Creo que olvidé donde quedaba el baño. —Dejó un sugerente beso en su nuca al final, y Peter no pudo evitar estremecerse.
Cuando comenzaron los besos y caricias, la ropa fue fácilmente dejada en el suelo y ambos amantes comenzaron a consentirse con propiedad bajo la regadera.
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Moodboard:
Nota: Les recuerdo amablemente que no todos los moodboards obligatoriamente llegarán a tener alguna relación con la historia. Éste, por ejemplo, lo había creado una semana antes de la Week.
La primera vez de Tony y Peter es un tema que me gustaría tratarlo con más calma y dedicación, tal vez en otro tiempo en donde no esté muy complicada.
Muchas gracias por leer :*
