Es sobre dos
Sinopsis: Un hombre que lo tiene todo pero aun así, siente que le falta algo especial. Un joven que apenas está empezando a sobrevivir en el mundo artístico, tratando de sobresalir más allá de lo comercial. Dos mitades de una misma alma, separadas por el paso el tiempo. Ésta es su historia. [RPF, Rom Howney]
Disclaimer: Todo lo comercial que se haga mención en esta historia, sencillamente no me pertenece. No gano nada escribiendo esto. Ni Robert ni Tom son míos, no puedo hablar por ellos, pero sí serán mías todas las historias que quiera escribir de ellos, porque todo puede ser ficción y yolo.
ADVERTENCIAS: Slash de Real People. Romance a fuego lento. Se recomienda paciencia y mucha discreción.
Notas de Autora: Vale, esta es la primera vez que hago este tipo de locuras, porque ¿yo, publicando un RPF? xDD Pero bueno, al final no puedo resistirme. El Starker se apropia de manera natural en mi alma que tarde o temprano, sabía que terminaría shippeando a los actores también, jeje.
Tendrá varios capítulos (aún no sé cuántos), pero bueno, espero que les guste. La portada la creé con cariño, y de antemano, agradeceré muchísimo su apoyo (L)
Cap 1 ¿Y tú eres…?
Mediados de junio, 2015. Atlanta.
Hizo una mueca a medida que acercaba la hoja de vida en sus manos, escaneando de manera rápida la información presentada. Aquél documento era vital, primordial que describía todo lo que uno podía necesitar al momento de interesarse en trabajar con alguien relacionado al mundo del espectáculo.
En su caso, él simplemente estaba chequeando quién podría ser su futuro aliado, según los planes que tenían preparado para el Universo Cinematográfico de Marvel, y por supuesto que Robert Downey Jr. no podía quedarse sin saber de quién se estaba hablando.
Había visto la audición, sorprendiéndose de observar su apariencia juvenil, aquellos rasgos masculinos y al mismo tiempo tan, pero tan infantiles que no pudo saber por cuánto tiempo se había quedado aturdido ante esto. "¿Tendremos a un menor encarnando uno de los papeles más importantes?", retrocedió un poco en su asiento, eso definitivamente no lo veía venir. ¿En qué estaban pensando?
"Bueno, la decisión ya está tomada.", pensó tragándose por un momento su cuestionamiento, observando la firma comercial del joven Holland al final de la hoja. Sus ojos se detuvieron por un momento en su foto de perfil, uno de los requisitos era que el fondo de la misma estuviese en blanco para poder apreciar más los detalles y presentar un rostro sonriente o amigable, ya que literalmente era la carta de presentación que tomaban en cuenta para futuras producciones, ya fuesen televisivas, teatrales o cinematográficas. Todo dependía por supuesto, de las habilidades y experiencia que cada artista poseyera.
No tardó en enterarse que al menos Thomas (tuvo que revisar nuevamente su nombre completo para empezar a familiarizarse con él en sus pensamientos), ciertamente sí poseía experiencia para la pantalla grande. Experiencia breve, si se llegaba a comparar a la suya (aunque desde luego, negó sonriente, era de esperar que muy pocas personas pudieran llegar a igualarle en su trayectoria artística hoy en día, y más encima si llegaran a trabajar junto a él), así que Robert no le miró mucho el colmillo por esto.
Pronto se entretuvo ordenándole a su equipo de asistentes que comprara todas las películas, series, comerciales y apariciones en donde Thomas Holland se encontraba. Era algo que esporádicamente hacía cuando definitivamente no tenía ninguna idea quién era su pareja protagonista, o incluso algunos de sus compañeros de reparto. Investigar bien al sujeto antes de abordarle en persona o filmar con él ante las cámaras, lo normal en su mundo. A fin de cuentas, su reputación le precedía. Y aunque a estas alturas no es como si realmente le importara, puesto que como posee el toque de Midas, a diferencia de sus más cercanos colegas, él sí podía darse ciertos lujos, y riesgos. Principalmente esto último. Sabía de antemano que él que no arriesgaba, ni ganaba ni perdía y a Robert definitivamente no le gustaba perder. Mucho menos, quedarse estancado en un mismo sitio.
Sopesó brevemente las posibilidades y antes de que su equipo volviera con el encargo que había pedido, supo que había tomado la decisión en su mente desde hace mucho.
Tenía que acoger al muchacho.
Y no era para menos, si con la nueva fusión entre Disney, Sony y Marvel, pues tenía que dar buena cara e irse acostumbrando. Adaptarse para sobrevivir al medio, ley de vida básica.
Dejó la hoja de vida a un lado y se levantó de su asiento, estirando las piernas mientras caminaba de un lado a otro en su tráiler, agarró el guión que estaba a un lado del televisor, y poco a poco comenzó a practicar algunas líneas que le correspondería grabar en un par de horas. Sentía su cabello un poco pesado, debido a los rulos rebeldes que de vez en cuando le hacían cierto cosquilleo en su rostro. Robert vestía ropa de casa, ya que no hacía nada se había levantado a desayunar, y cuando leyó el correo personal que le habían enviado los hermanos Russo y algunos directores de Marvel, supo que la hora del descanso en definitiva, había terminado.
¿Y cómo no? Si se encontraban en pleno rodaje de Capitán América: Civil War. Robert soltó un suspiro cuando tuvo que re-leer una de las escenas más emotivas que estaba filmando con uno de sus más queridos colegas, Chris Evans.
Esto será un golpe duro para los fans, pensó sin poderlo evitar. Incluso a él mismo le estaba costando concentrarse al momento de las grabaciones. Tenía sentimientos encontrados ante esto, sabía que la película sería intensa y levantaría muchas críticas y polémicas en su entorno, en las redes sociales, en aquellos seguidores fieles de los cómics. Pero tenía en claro que nada se grababa ni nada se tenía en cuenta sin haber pasado primero por el consentimiento del padre de todo, el creador, Stan Lee. Y si el viejo (con todo cariño del mundo con el que Robert le decía), había aprobado todo esto, pues ¿quién era él para juzgarle?
La Guerra Civil se acercaba y supo el destino de ésta estaba más que asegurado. Sentía cierta emoción en su estómago al recordar la gran oportunidad que se presentaba para que el universo de las películas Marvel se expandiera. Teniendo esto bien presente, comenzó a meterse sin mucho esfuerzo en su papel y comenzó a recitar sus líneas, de manera natural. Era increíble que aún hoy en día consiguiera asombrarse de lo cómodo que se encontraba interpretando a Tony Stark. Disfrutaba del papel, incluso podía admitirse a sí mismo que lo amaba. Pero a medida que los minutos pasaban, el cansancio hacía mella en él y su sonrisa se congeló en su rostro.
Sus contratos en cuestión de tiempo caducarían. Y Scarlett, Sebastian, los dos Chris, Mark y el resto… posiblemente decidieran irse. Pasar página. Claro, era algo de lo que habían conversado hace tiempo ya, e incluso la mayoría de ellos aún ni sabían que querían hacer luego de esto, pero estaba siempre la posibilidad, allí asomada y saludando. Burlándose incluso de la incertidumbre que habitaba en sus más profundos pensamientos, a Robert no le gustaba para nada.
Así que sacudió la cabeza y regresó al presente, inhalando aire, exhalando con fuerza. Un paso a la vez, todo marcharía a su respectivo tiempo.
Por ahora, retrocederían las páginas hasta dar con aquella escena añadida casi a última hora. Ante esto, no podía ocultar su emoción, le encantaban los desafíos.
Sabía que añadir a Spider-Man junto a los Vengadores era algo que emocionaba a mucha gente, a él incluido.
De igual manera, le presentarían al chico por primera vez en cuestión de horas. Y para crear buen ambiente en el set, en las entrevistas y fuera de las cámaras, le correspondería la decisión de darle la más cordial bienvenida y mostrarse simpático ante el nuevo vecino araña.
Claro, a su propia manera.
